Criticar a Siqueiros [1]

Alberto Híjar Serrano


Aunque suene violento y delictuoso, es necesario un ajuste de cuentas apoyado en citas textuales de sus allegados y de distinguidos críticos de Siqueiros. Su orientación política procuró cumplirle a la Comintern (Internacional Comunista), pero sus aplicaciones nacionales fueron de tal manera incorrectas que fue expulsado del Comité Central del Partido Comunista Mexicano (PCM) en 1930 por su relación con Blanca Luz Brum, quien procuraba acercarse a funcionarios del gobierno y, en especial, de la Secretaría de Gobernación, ejecutora de la orden de reducir al PCM a la ilegalidad con la represión consiguiente. Sin cumplir las reglas del clandestinaje ni en la cárcel de Lecumberri, sus discursos incendiarios afirmaban la necesidad del socialismo, denunciaban crímenes de Estado contra los trabajadores, formulaban consignas tácticas, todo con sarcasmo y buen humor para burlarse de las solemnidades del poder burgués. Por ejemplo, en un mitin del Comité Nacional de Defensa Proletaria en la Escuela Nacional Preparatoria y ante los rumores de la prensa reaccionaria sobre un banquete del presidente Emilio Portes Gil con representantes patronales y el Bloque Obrero, afirmó: "el Bloque Obrero es como los tranvías eléctricos, no anda con mulas". Sin saberlo, usaba el recurso de la burla, la ironía y el sarcasmo a la manera de Marx y Engels cuando criticaban a los neohegelianos, "la Sagrada Familia", como los llama Marx en uno de sus libros al respecto. Los enfrentamientos de Siqueiros plantean problemas fundamentales como su repulsa por el uso del mosaico de piedra y las rocas volcánicas por Juan O'Gorman en Ciudad Universitaria, con el gran relieve de Rivera en el Estadio Universitario y en el Cárcamo de Lerma en Chapultepec al que le reconoce su importancia como intervención urbana. La descalificación positivista oponiendo un progreso lineal y ascendente a la dialéctica histórica califica de bizantino el uso del mosaico italiano en los megaproyectos desarrollistas con fachadas monumentales del Frente Nacional de Artes Plásticas. La prueba histórica es terrible por la resistencia y la conversión en símbolo nacional de la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria a cambio de la constante restauración del mural de Siqueiros en el muro sur del edificio de Rectoría. Igual descalificó por su carácter artesanal a las obras del Taller de Gráfica Popular sin advertir sus virtudes colectivas nulificadoras del aura artística en beneficio de la eficacia y la elocuencia agitatoria y propagandística. Con buen tino, en pleno proceso soviético y comunista contra el culto a la personalidad sintetizado por Stalin fallecido en 1953, escribe a los pintores soviéticos para calificarlos de académicos opuestos al realismo (1956). Singularmente rica es la polémica iniciada con el artículo de Siqueiros "El camino contrarrevolucionario de Rivera", publicado en la revista del Partido Comunista de Estados Unidos, New Masses,en 1934. Siqueiros le asesta al exitoso pintor trotskista once adjetivos burlescos, tales como turista mental, confusionista, renegado, esteta del imperialismo, pintor de los millonarios, snob, Picasso en Aztecalandia. Rivera respondió en tercera persona aclarando que el ataque era porque el PCM no podía permitir que un trotskista ganara fama y fortuna a partir de sus murales en Estados Unidos. La polémica estudiada por Maricela González Cruz-Manjarrez (1996) siguió en México, fue intervenida por la LEAR (Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios) que obligó a concluirla con un acuerdo crítico derivado en un Taller de Artes Plásticas como prueba de conciencia política de comunistas en conflicto.

Este marxismo distinto al europeo con discusión constante en universidades, instituciones de crítica histórica y social, editoriales y prensa para el debate, da lugar a lo que Raúl Fornet Betancourt (2001) llama marxismo transformadonacido y crecido en las luchas, movilizaciones y combates de la resistencia popular contra los poderes burgueses. Contribuyó a esto el desconocimiento de obras comunistas fundamentales sobre la lucha ideológica, como los Manuscritos económicos-filosóficos de 1844 o La ideología alemana,publicados en la URSS hasta 1932, a la par de la amplia difusión de los manuales estalinistas con planteamientos tan graves como la distinción entre materialismo histórico y dialéctico.

Dialéctica histórica nacida y crecida en la praxis estética es la construida por Siqueiros. Su conferencia mil veces repetida insiste en destacar la huelga de la Escuela de Bellas Artes y la prédica antiacadémica de Gerardo Murillo, Dr. Atl, con una visión aérea innovadora del paisaje, organizador de una de las primeras colecciones de artesanías campesinas. Salir a pintar a la Alameda y organizar las Escuelas de Pintura al Aire Libre en las márgenes de la ciudad, marcan la ruptura histórica y social. La huelga exigió nuevos planes de estudio, a la par de la nacionalización de los ferrocarriles, apuntando al recurso principal del ejército villista, descubierto por quienes, como Siqueiros, se incorporaron a la Revolución mexicana, en el llamado Batallón Mamá por la corta edad de los reclutas, asombrados por los paisajes, las herencias coloniales en conventos, iglesias, atrios y los centros ceremoniales prehispánicos. Siqueiros inventó un Congreso de Artistas Soldados en Guadalajara en 1925, que en realidad fue su encuentro con el Centro Bohemio organizado por el gobernador José Guadalupe Zuno, autor de importantes libros de historia de las artes en México, promotor de la pintura mural y el tallado de las puertas de la biblioteca universitaria con símbolos revolucionarios a la manera de los realizados por Diego Rivera en la capilla de la Escuela Nacional de Agricultura de la Ex Hacienda de Chapingo (1923-1926). Ahí, en un muro lateral a la entrada, el crédito a los realizadores empieza con los albañiles y termina con los pintores. Este afán anti individualista es el mismo con el que Siqueiros acuñó el término de artista ciudadano a diferencia del bohemio fifí afrancesado.“Tres Llamamientos a los plásticos de América”llamó al manifiesto publicado en el único número de Vida Americana,en Barcelona, en 1921, para llamar a pintar "nuestra maravillosa época dinámica" en lugar de copiar los bibelots afrancesados.Hizo suyo el planteamiento del futurista Marinetti: "es más bello un auto de carreras que la Victoria de Samotracia" para exaltar el progreso industrial al igual que los futuristas rusos sin advertir el desarrollo desigual y combinado de la acumulación capitalista. El segundo llamamiento arremete contra el arqueologismo pintoresco en lugar de apreciar la estructura integral de los centros ceremoniales prehispánicos. El tercer llamamiento alerta contra los poetas que hacen del arte un pretexto literario.

La praxis estética como lucha de clases es señalada en el "Manifiesto del Sindicato de Obreros, Técnicos, Pintores y Escultores", del que fue secretario general en 1924. El pronunciamiento está dirigido "a la raza indígena humillada durante siglos; a los soldados convertidos en verdugos por los pretorianos; a los obreros y campesinos azotados por la avaricia de los ricos, a los intelectuales que no estén envilecidos por la burguesía" y empieza condenando "la asonada militar de Enrique Estrada y Guadalupe Sánchez" para alertar a los "camaradas" de la lucha entre "la revolución social más ideológicamente organizada que nunca y del otro lado, la burguesía armada a la que se oponen los soldados del pueblo, campesinos y obreros armados". El manifiesto publicado en el número 7 del periódico El Machete,en la segunda quincena de junio de 1924, logró vincular, articular y organizar la agitación y

propaganda revolucionaria en el país, salvo en los alejados territorios del norte y del sur, por lo que en menos de un año después fue convertido en órgano del Comité Central del Partido Comunista Mexicano al que ingresaron directamente Rivera, Siqueiros y Xavier Guerrero. Este proceso es excepcional porque lo usual es que el partido organice la agitación y la propaganda y no, como en este caso, donde son los trabajadores del arte y la cultura quienes convocan a los indios, a los obreros, a los campesinos y, al final, a los intelectuales no dañados por la burguesía. Plantearon la construcción del sujeto revolucionario con la interpelación a los explotados mediante la lucha de clases en imágenes para interpelar a las analfabetas en sitios públicos distintos a los cuadros, grabados y esculturas transportables para facilitar su conversión en mercancías para el prestigio de los adinerados. A cambio, Siqueiros ilustra el corrido de Graciela Gachita Amador sobre "la caída de los ricos y la construcción del nuevo orden con el ejército de los soldados, obreros y campesinos unidos por la liberación nacional revolucionaria", planteamiento que mantendría hasta 1968 cuando enunció la condena de la masacre de Tlatelolco a nombre del ejército revolucionario, obviamente extinto como condición de existencia del Estado-nación como poder burgués. De los años 1920, cuando Siqueiros es nombrado presidente de la Comisión de Agitación de la Liga Antiimperialista de las Américas, firma por la Liga de Comunidades Agrarias de Jalisco la convocatoria para el Congreso Campesino Nacional, dirige el periódico El Martillo(1926) destinado a los obreros y El 130por el artículo constitucional sobre la cuestión religiosa fuera de control por el levantamiento cristero y participa en congresos de unificación, funda la Guardia Roja "para cooperar con las fuerzas federales y del Estado", los comités pro defensa obrera y campesina, supera las divisiones y mantiene su cargo de dirigente de la Federación Minera de Jalisco, participa en la oposición a la corrupta Confederación Regional Obrero Mexicana, discute la Ley del Trabajo, participa de Manos Fuera de Nicaragua y va como delegado al IV Congreso de la Internacional Sindical Roja, reunido en Moscú a partir del 15 de marzo de 1928. Una bella foto de él y Gachita Amador entre dirigentes obreros de otros países fue elegida como portada del catálogo de la exposición en todo el Palacio de Bellas Artes, dos años después de la muerte de Siqueiros en 1974.

No siempre contribuyó a cumplir las consignas del VII Congreso de la Comintern de impulsar frentes amplios y gobiernos de frente popular contra el fascismo y el nazismo y la defensa de la URSS ante la guerra imperialista, sino que la necesidad de combatir dictaduras militares en América apoyadas por el imperialismo yanqui lo llevó a intervenir, por ejemplo, en la fundación de la Confederación Sindical Latinoamericana en Montevideo a me diados de 1929, año aciago para el comunismo en México por el asesinato de Julio Antonio Mella y el fusilamiento de José Guadalupe Rodríguez. Encubierto por el seudónimo de Suárez declaró: en la situación prerrevolucionaria y el fracaso de los gobiernos de Calles y Portes Gil

[…] no queda más remedio para nuestro Partido que tomar las armas, que organizar ya el levantamiento armado impidiendo que a nuestros militantes se les asesine impunemente. Inme diatamente es necesario organizar el sabotaje al imperialismo que seguramente penetrará al país para sofocar la revolución.

En el caso de que los yanquis dominen en el primer momento, el levantamiento organizado por nuestro Partido, se pueden destruir sus empresas, dar fuego a las petroleras, etc. Y luego nos refugiaremos [en] las sierras de donde no nos sacarán jamás. A este respecto, tenemos el ejemplo de los diez mil cristeros que se han mantenido en lucha indefinidamente contra el gobierno. El caso Sandino, aunque no tuvo ideología proletaria, es otro ejemplo, en otro aspecto, es el caso chino en que la revolución no triunfó porque faltaron a su frente elementos audaces.

Alarmado, el delegado de la Comintern, empeñada en negociar con las "burguesías progresistas", Jules Humbert-Droz con el seudónimo de Luis, rebatió "la impaciencia para la lucha que, partiendo de una base falsa, nos puede llevar a resultados graves [...] fuera y en contra de lo que establece la Internacional Comunista". Uno y otro exhibieron su falta de claridad frente a la fase histórica y a los poderes de los Estados-nación, pero Siqueiros exhibió su radicalismo construido en la lucha de clases distinta a los protocolos disciplinarios de los comisarios políticos alineados a la Comintern a punto de desaparecer ante la radicalización del estalinismo exterminador de la oposición de izquierda condenada en los juicios de Moscú y la expulsión de Trotsky a Turquía. Nada de esto impidió que Siqueiros exigiera patrocinio estatal para el arte público en los megaproyectos urbanos del desarrollismo imperialista, tales como la Secretaría de Comunicaciones, la Ciudad Universitaria, el Centro Médico Nacional, el Hospital de La Raza, donde el arquitecto Enrique Yáñez destinó el espacio continuo del auditorio para el mural de Siqueiros Por una seguridad completa y para todos los mexicanos (1951-1954). El argumento histórico en No hay más ruta que la nuestra(1945) es el patrocinio que "Estados" como el egipcio o el persa aplicaron para sus obras publicas monumentales.

Nada le impidió marchar por el filo de la navaja de la oposición radical con las salvedades estratégicas anotadas, hasta su última dirección del Comité por los Presos Políticos resultantes del movimiento ferrocarrilero y el magisterial de 1959 y 1960. De aquí su crítica pública al abandono de los camaradas presos a cambio del Movimiento de Liberación Nacional Antiimperialista y en Defensa de la Revolución Cubana impulsado por el general Lázaro Cárdenas. Éste sería el principio del fin del PCM empeñado en abrir el Frente Amplio con fines electorales mientras Siqueiros sufría su encarcelamiento más largo, de 1960 a 1964. Comunista militante, tuvo que atender compromisos de Estado cuando fue liberado por indulto presidencial en razón de su pertenencia al Estado Mayor del general Manuel M. Diéguez del ejército constitucionalista. Frente al gran represor Gustavo Díaz Ordaz, tuvo que estar en el presidium de la fundación de la Academia de las Artes por el orden alfabético de su apellido Alfaro y lo mismo le ocurrió en la inauguración del Polyforum Cultural. Para salvarse del individualismo, en actos como éstos, rindió honores a los compañeros y camaradas revolucionarios. Pero, la lealtad sin crítica política lo hizo poner las letras LEA en el techo del Polyforum en homenaje a Luis Echeverría Álvarez, esposo de María Esther Zuno, hija de José Guadalupe, el gobernador e influyente político jalisciense que facilitó la organización sindical de los mineros de los Altos de Jalisco con Julio Antonio Mella, el comunista cubano afiliado al Partido Comunista Mexicano, para sustentar sus trabajos constantes en la teoría y la crítica política con dimensión "nuestramericana" internacionalista. La perversidad de Echeverría hizo que el matrimonio Siqueiros-Arenal estuviera de visita en su despacho de secretario de Gobernación el 2 de octubre de 1968, día de la masacre de Tlatelolco coordinada por quien ya era el agente de la CIA registrado como Litempo IV. De otra índole es el Premio Lenin de la Paz cuya parte monetaria se dio al pueblo de Vietnam en guerra contra el imperialismo yanqui. La Bienal de São Paulo le otorgó un Premio Especial en la Bienal de Venecia como reconocimiento a la Escuela Mexicana de Pintura, aunque no la mencione sino de manera individual por la calidad estética de los cuadros expuestos. Ya enfermo, recibió honores de Estado por el presidente Nasser de Egipto, Nehru en la India y en la URSS, a donde iría en 1973 a recibir tratamiento a su cáncer terminal. Este diagnóstico fue precisado el 11 de septiembre de 1973, cuando los aviones yanquis y las tropas del ejército traidor bombardearon La Mone da, sede presidencial chilena, hasta forzar la muerte del presidente Salvador Allende que se negó a renunciar y resistió fusil en mano. El año anterior y ya enfermo, Siqueiros pintó su último mural en el vestíbulo de la entrada de la Escuela Copiapó de Iztapalapa para su inauguración por los presidentes Luis Echeverría y Salvador Allende. Con esas famas, con apoyo de la Comintern, representada por Vittorio Vidali encubierto por el seudónimo de Carlos Contreras, fue orientado para ir a España a organizar un comité de propaganda con apoyo solidario de mexicanos de aquí y de allá. Las noticias revolucionarias en revistas republicanas como Itinerario y Estampadestacan entre los combatientes mexicanos a Zoila García, recordada por Néstor Sánchez como una anarquista "chaparrita linda" en Jaen. Sólo queda el silencio,de Juan Miguel de Mora, está dedicado a la memoria de José Jaramillo Rojas, "y a la de los muchos mexicanos que fueron allí entonces, todos a luchar y muchos a morir, cuya lista completa nunca será conocida porque México los ha olvidado", como a Socorro Barberán, salvada del fusilamiento por ser mujer. Sus camaradas mexicanos también murieron sin combatir al ser capturados con el buque Mar Cantábricoque llevaba armas para los republicanos. Fueron paseados como trofeo de guerra y ejecutados Ricardo Solórzano, Manuel Zavala, José Carlos Gallo y Alejandro Franco. Quizá esas armas que no llegaron a su destino formaban parte del mensaje en sobre lacrado que contenía las claves de los barcos cargados de granos y armas que el gobierno de Lázaro Cárdenas enviaba a la República española. La entrega de este sobre al primer responsable por vía de Carlos Contreras fue la misión encomendada por el general Francisco J. Múgica como secretario de Obras Públicas y Transportes a la corresponsal de El Machetey El Nacional, Angélica Arenal, que así fue recompensada con el pasaje a España. En una carta a Angélica Arenal desde Madrid, fechada el 17 de febrero de 1937, Siqueiros le informa de su misión en España. Angélica anota que Carlos Contreras era "cabeza del Histórico Quinto Regimiento" y por otra vía se enteró de que Siqueiros dirigía la 46 Brigada Mixta en Pozo Blanco ya con el grado de teniente coronel en reconocimiento del grado de capitán del ejército mexicano, y del encuentro de Siqueiros con Carlos Contreras que lo lleva al puesto de mando para ver el combate de La Marañosa. Había que avisar a la primera línea de fuego del movimiento de la tropa enemiga. Siqueiros se ofreció como enlace, cumplió la peligrosa misión y "después de la batalla, dice Contreras, tomamos un vaso de vino y Enrique Lister brindó a la salud del nuevo recluta del Quinto Regimiento, a la salud del artista-combatiente David Alfara Siqueiros". En un artículo publicado en La Habana en febrero de 1941, Carlos Contreras da a conocer la "hoja de servicios" del teniente coronel incorporado al ejército popular:

Jefe de la 82 Brigada en el Sector de Teruel y Jefe Militar del Sector de Escandón. En el mismo Frente mandó las Brigadas de Carabineros 82 y 87; Jefe de la Brigada 46 en el Sector de El Tajo y Extremadura; Jefe del Sector de Toledo; Jefe del Sector del Caballón en el Frente de Córdoba al mando de las 46 y 88 Brigadas; Jefe Militar en la operación sobre El Puente del Arzobispo al mando de la Brigada 46 y de dos Brigadas de Guardias de Asalto; Jefe del Sector del Puente del Arzobispo. Se ha hablado de un "coronelazo" Siqueiros borracho, incapaz, frívolo. La verdad es bien distinta.

La inverosímil hoja de servicios en un extenso territorio en guerra y en el corto tiempo de los dos años aderezados con no menos increíbles celebraciones como la narrada luego de cumplir la misión del enlace, tienen confirmaciones parciales como la de Raquel Tibol en su primer libro sobre Siqueiros (1961), cuando aún no aplicaba su consigna de historiadora: "papelito habla". Hace constar que "a principio de 1937 lo encontramos ya integrado al Ejército del Pueblo en los frentes de la guerra en España. Ayudante del general Lister. Comanda la 82 Brigada Mixta. Jefe provisional del Fuerte de Teruel. Comanda la 43 Brigada Mixta. Dirige, con el grado de teniente coronel, la 29 división". En su viaje de retorno, a fines de 1938, hace escala en París donde, invitado por Louis Aragón, da algunas conferencias sobre arte mexicano en la Casa de la Cultura. Al pasar por Nueva York, la Galería Pierre Matisse le solicita una exposición que prepara en México y presenta a fines de 1939.

Juan Miguel de Mora, incorporado al ejército republicano luego de huir de la escuela secundaria en París y cumplir con tareas de intendencia por su corta edad, es incorporado como combatiente, según hace constar en credenciales y otros documentos. Decide negar la participación militar de Siqueiros en su libro de elocuente título: La libertad Sancho (2008). Corresponsal de guerra luego de escoltar una caravana de refugiados a Francia, y negarse a admitir la derrota, logró reconocimiento académico como experto en sánscrito que le mereció honores en la India y Bangladesh. El libro narra su participación en la defensa de la cota (colina) 666 en la decisiva batalla del Ebro, cuando arreciaron los ataques por tierra y aire. Tuvo responsabilidades políticas por las Juventudes Socialistas Unificadas con las que prestó servicios de inteligencia, tanto en Madrid como en Barcelona. Su casa en el Ajusco, en el extremo sur de la Ciudad de México, su despacho en especial, lució muros enteros de condecoraciones, credenciales, banderas, insignias, carteles, fotos de sus hazañas. Compartió con su esposa los intereses lingüísticos por las lenguas romance y el español antiguo. Murió antes de cumplir 100 años el 18 de marzo de 2017, sin más duelo que el de sus allegados cercanos. En su libro hace una lista de "Brigadistas y combatientes mexicanos con la República española 1936-1939", menciona a los asesinados en El Ferrol, a la compañera de portada Socorro Barberán y advierte que no menos de 250 combatientes carecen de registro. Al final, publica la carta que envió al periódico Unomásunoel 22 de noviembre de 1996, en el que refuta los afanes de Angélica Arenal publicados por la revista Procesoel 17 de noviembre de 1996. Hace precisiones como la negación de que Carlos Contreras haya sido jefe del Quinto Regimiento mandado primero por Enrique Castro Delgado y luego por Enrique Lister. Siqueiros escribe en febrero de 1937 nombrándose ayudante del comandante (sic) Carlos Contreras cuando el Quinto Regimiento se había disuelto en diciembre de 1936. No hay un renglón de desperdicio en la aclaración de Juan Miguel de Mora. En la última página, la 216 y antes de los apéndices, afirma:

[...] la verdad es que Siqueiros nunca fue un combatiente regular y si lució un uniforme —por cierto, el más elegante de todas las fuerzas de la república— fue por la amable complicidad de los comunistas españoles y porque se respetaron sus caprichos (como el de tener un contrato nombrándole Coronel y firmado personalmente por Largo Caballero, cuando era Jefe del Gobierno) por su calidad de artista famoso de la pintura. Y, como el escándalo del atentado contra Trotsky le costó mucho desprestigio Carlos Contreras (Vitorio Vidali), por órdenes superiores o a petición del mismo Siqueiros años después hizo pública en Cuba una carta en la que dice que Siqueiros mandó algunas unidades que nunca mandó. En realidad fue un turista de la guerra que sí apoyó a la República pero que sólo estuvo de visita, en frentes tranquilos.

Cita a Elena Garro (1937), compañera de Octavio Paz, asistente al Congreso de Intelectuales en Valencia: "se comentaba también el uniforme estrafalario que se había inventado Siqueiros […] recordé que Manolo Altolaguirre y Serrano Plaja decían: se ha inventado un uniforme de húsar austriaco". Comenta Juan Miguel de Mora la carta a Angélica en 1937, desde España, sobre su reconocimiento como capitán que en el contrato con Largo Caballero resulta ya mayor en México.

La trama político-militar exige atender hechos sin averiguar cómo las complicidades sabidas y acalladas en el asesinato de Trotsky. Algunas son inocultables como, la de Vittorio Vidali y más aún, la del atentado fallido perpetrado por Siqueiros, sus cuñados Leopoldo y Luis Arenal y Antonio Pujol, entre otros y otras, como las camaradas previamente depositadas en una casa alquilada cercana al río lateral al lugar de los hechos. Su misión fue coquetear y enamorar a los guardias para sacarlos de sus lugares de vigilancia. El diario La Prensa,del miércoles 19 de junio de 1940, dedicó su primera plana con fotos de los asaltantes Antonio García Salgado (Andrés, en realidad), Hugo Camacho, David Serrano, Juan B. Gómez y Néstor Sánchez Hernández. La cabeza principal señala a David Alfaro Siqueiros por "capitanear" el asalto. "Tenebroso enredo comunista". La antropóloga e historiadora Natura Olivé recogió y publicó el relato autobiográfico de Julia Barradas que incluye la mención de Ana María López y Águila Serna "aprovechadas por líderes estalinistas para involucrarlas en actos delictivos ajenos a los principios de libertad e igualdad proclamados por la doctrina socialista", concluye la nota de la tapa del libro Asalto a la casa de Trotsky (2011). El "tenebroso enredo" realmente lo es. Diego Rivera, trotskista, enterado del amorío de Frida Kahlo con el perseguido político, expulsó al matrimonio de la Casa Azul de Coyoacán y Trotsky vivió un pequeño exilio en los rumbos de El Chico, en Hidalgo. En Inglaterra, hicieron el flaco favor de publicar cartas de amor erótico de Trotsky, increíbles. En las declaraciones sobre el atentado fallido, se menciona el automóvil de Rivera y en las investigaciones de Gregorio Luri (2016) sobre la vida y milagros de Caridad Mercader y su hijo el asesino del piolet, han aparecido dos fotos de retratos hechos por Rivera a la cubano-española y a su hija que, con falsas credenciales y pasaporte, permaneció en México. Los retratos sin pago profesional son una señal de amistad entrañable del trotskista expulsado del PCM y luego propagandista de la candidatura presidencial de Vicente Lombardo Toledano, opositor tenaz a la estancia de Trotsky en México y fundador del Partido Popular, mediatizador de proyectos sindicales, premiado por el Estado mexicano y con excelentes relaciones con el gobierno soviético. "Licenciado Atoledando" lo llamó Rivera al rom per con él con alusión al dicho popular de dar "atole con el dedo" como metáfora del trato desleal. Diego Rivera precisó en su testamento el resguardo por cincuenta años de documentos comprometedores. El plazo se cumplió en 2007 y no hay noticias de este importante archivo.

Lo cierto es que la integridad de Siqueiros exige ubicaciones que remiten al marxismo transformadoy sus avatares pragmáticos en situación de guerra mundial bajo control imperialista con maniobras para establecer el apoyo a la dictadura de Francisco Franco en España y en relativa coexistencia pacífica con la URSS, acorde con impedir la defensa de la República española para cumplirle a los combatientes refugiados en Francia para reintegrarse a la Resistencia contra el fascismo y el nazismo para contribuir a su derrota y seguir el combate hasta derrocar a Franco. En su serie de voluminosas novelas al respecto, en especial Los pacientesdel Doctor García(2017), Almudena Grandes narra los enredos y las traiciones del espionaje, la diplomacia y la tolerancia y los crímenes de gobiernos dictatoriales. Para no caer en clamores éticos abstractos, esta dialéctica histórica exige precisiones económico­políticas y militares resueltas por estrategia de Estados, partidos comunistas, organizaciones políticas en una fase histórica puesta en crisis por Trotsky con argumentos fuera: del control de los poderes represivos. Previó su asesinato y así lo declaró.

La praxis estética sintetizada en el mural en el Sindicato Mexicano de Electricistas por el colectivo organizado por Siqueiros con destacados pintores republicanos españoles, auxiliados en tareas menores por la joven Fanny Rabinovich, quien todavía no cambiaba su apellido polaco, judío, por el de Rabel. El colectivo trabajó con eficiencia máxima mientras Siqueiros preparaba el atentado contra Trotsky. La composición en un espacio de formas geométricas complejas y los trazos que van del naturalismo fiel de los participantes destacados en la pintura de caballete, como Antonio Rodríguez Luna y el diseñador gráfico Miguel Prieto, discutieron las soluciones geométricas dinámicas de José Renau y usaron sus fotos de electricistas en acción para acompañar la visión a la altura del espectador usando la escalera. Renau fue director de Bellas Artes de la República española en 1936 y luego responsable del patrimonio y la propaganda gráfica, comisionado en el Estado Mayor donde se tomaron decisiones tan importantes como el traslado de los acervos del Museo del Prado a Valencia y la organización del pabellón en la Feria de París con el encargo a Picasso de una obra a la medida que resultó ser el Gernika. "Acero contra carne humana", dijo Hemingway mientras veían los bombardeos nazis en Valencia. La frase se volvió consigna rectora del mural que terminó llamándose Retrato de la burguesía, realizado de 1939 a 1940. Las soluciones visuales cumplen con la elocuencia exigida por Siqueiros. El equipo que incluyó al más asiduo ayudante de Siqueiros, Luis Arenal, y al excombatiente republicano Antonio Pujol para solucionar con imágenes emblemáticas el cubo de la escalera rematado en unas ventanas que son el soporte del fuego del incendio del parlamento alemán atribuido por el gobierno de Hitler a los comunistas para desatar los pogromsde judíos y comunistas en ocasiones reunidos como identidades en una sola persona. La marcha robótica de la soldadesca nazi fue solucionada con el uso de esténciles en cumplimiento de la unidad entre una poética y la materialidad de las técnicas usadas a partir del principio socialista de liberación de las fuerzas productivas, tal como señala Miguel Ángel Esquivel, en Al respecto de la fotografía (2008) y de la exigencia de nominaciones dialécticas concretadas en las palabras compuestas por Siqueiros como "poliangularidad", "poliplástica", "folk-arcaísmo", "poligráfica", "vehículos de la pintura dialéctico­ subversiva" (2016).

Irreductible a "astucia de la historia", como llama Hegel a los encuentros y desencuentros aparentemente casuales en los grandes acontecimientos, el mural del SME sintetiza la poética y la lucha de clases de la época. El SME era un sindicato de vanguardia, promotor, por ejemplo, de organizaciones de unidad obrera y campesina tan importantes como la del Comité Nacional de Defensa Proletaria encabezado por Siqueiros, dotado del prestigio de organización de cuatro mil trabajadores en la Federación de Mineros de Jalisco. La convocatoria para construir la sede del SME fue ganada por Enrique Yáñez con su tesis profesional de arquitecto. Formó con sus compañeros involucrados en la política de masas cardenista el grupo de Arquitectos Socialistas, que se integró a la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios, ejemplar organización de frente amplio con su periódico Frente a Frenteque publicó colaboraciones de promotores europeos en combate contra el nazismo y el fascismo, como Henri Barbusse y Heinrich Mann, de estadounidenses como John Dos Passos y el cantante negro perseguido Paul Robeson y americanos como Juan Marinello, primer presidente de la LEAR, Nicolás Guillén, Esteban Pavlevitch. Una tendencia en acción hizo del SME un centro de asambleas y talleres tan importantes como el de Seki Sano, perseguido en Estados Unidos, conocedor de la vanguardia teatral en la URSS para marcar una tendencia de realismo crítico en el México de la pequeña burguesía, feliz con las zarzuelas y operetas españolas, sometidas al burlesque de las carpas para el proletariado. De la misma importancia cultural fue uno de los primeros talleres de danza moderna organizado por Magda Montoya. Esto explica el terrorismo de Estado implacable que ocupó militarmente las instalaciones de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro y del SME en beneficio de las privatizaciones neoliberales promovidas por el gobierno de Felipe Calderón en 2009.

Praxis estética, marxismo transformado, antiimperialismo socialista, "comunismo tosco" que tanto preocupara a Marx en la Contribución a la crítica de la economía política,por su línea de abolir toda propiedad privada para ocultar el problema clave de la acumulación capitalista, al apropiarse de los medios de producción. Engels anota en dos prólogos al Manifiesto comunistala necesidad de trabajar con esos compañeros incluyentes en las multitudes contestatarias de entonces y de ahora. Precisar sobre estas bases las exageraciones de la época siqueiriana es parte necesaria de la crítica comunista, del poder de subsunción capitalista y del dominio de la ley del valor que todo lo transforma en dialéctica entre el dinero y la mercancía.

Una afectación profunda y duradera de la historiografía del arte en México es la ironizada en una parábola de Femando Leal en su libro de elocuente título El arte y los monstruos,que recoge artículos publicados entre 1930 y 1950, todos ellos con epígrafes en alemán, francés e inglés. Incluye una parábola sin moraleja sobre un visitante a la espera de ser recibido en una sala con cortinas de brocado, con un cordón al lado del que tiró con aterradores resultados porque derrumbó las cortinas, el marco de la ventana, el balcón y abrió una grieta en la calle. Salió gritando perdón, perdón, sin darse cuenta de que estaba en el terremoto de San Francisco. La parábola remite a los tres grandes que creyeron ser responsables de un gran movimiento. La postulación de la Escuela Mexicana de Pintura nos envía a una condición histórica de vanguardia que exige su puesta en crisis al ponerla en relación con las vanguardias sudamericanas y caribeñas anunciadas por José Martí en su célebre texto Nuestra América,publicado en México en 1891. De aquí la pertinencia de estas notas necesarias como contribución a una crítica historiográfica nuestramericana contra el colonialismo interno de los aliados del imperialismo, inconstante subsunción de los trabajos por la liberación nacional como tránsito al socialismo. Deconstruir a Siqueiros es una elección necesaria incomparable con las fantasías de Diego Rivera, que hicieron decir a Frida Kahlo que mentía para decir la verdad, por ejemplo, representando en el corredor de Palacio Nacional a Hernán Cortés contrahecho, dolicocéfalo con expresión de estúpido. Aprovechando el supuesto hallazgo de los restos de Cortés en el Hospital de Jesús, se hizo tomar una foto al lado de unos cuantos huesos con carbón en la mano dibujando el contorno como prueba de su rigor científico. Siqueiros es otra cosa, desde el uso del nombre que le dio Gachita para sustituir el de José de Jesús Alfaro Siqueiros registrado en Irapuato, con bautizo en la capilla de San José de la colonia Santa María de la Ciudad de México para decirse nativo de Chihuahua, lugar del enorme latifundio de los Terrazas, pero también de los ejércitos revolucionarios a diferencia del Bajío cristero. Gran orador, dejó en Angélica y los hermanos Arenal la responsabilidad de las pequeñas cosas cotidianas, incluyendo la portación de la pistola siempre disponible en la bolsa de Angélica, compañera inseparable. A la hora señalada para su actuación, ella traía saco y corbata, camisa y zapatos de ser necesario, y él quedaba listo para el momento cumbre, en que alborotaba un poco su cabello rizado y entraba erguido a recibir la ovación y actuar su propio personaje. Las dirigencias utilizaban esta poderosa presencia alimentada por una épica construida como mito y leyenda con dimensión internacionalista cultivada con amistades entrañables como las de Pablo Neruda, Rafael Alberti y María Teresa León, Paul Eluard. Sorprende la ignorancia sobre las vanguardias americanas y sobre figuras como la de José Carlos Mariátegui y su revista Amauta.La formación en Italia del comunista peruano lo acercó a la estética de Benedetto Croce, donde compartió la crítica de Antonio Gramsci, al más conocido de los filósofos, apreciado por su concepción de la historia como "hazaña de libertad". Peligroso para el comunismo, la influencia idealista y su humanismo correspondiente. Una nota en un papel suelto encontrada entre la aparente basura recogida por Roberto Guardia Berdecio, inquilino de la casa donde se reunía un grupo de comunistas, registra el interés de Siqueiros por Mariátegui como crítico de la cuestión indígena. Pensando en esto, dibujó su rostro de perfil tomado de una fotografía. La cuestión nacional discutida con Haya de la Torre del APRA y con la dirigencia comunista chilena, es acentuada ahora como promotora de una praxis estética difundida en Amautaa la par de las vanguardias sudamericanas y caribeñas aclaradas en las investigaciones de Ricardo Melgar Bao, Vivir el exilio en la ciudad, 1928.VR. Haya de la Torre y J.A. Mella (2013).

Agustín Cueva, distinguido marxista ecuatoriano contribuye a fundamentar los alcances de esta praxis estética en su ponencia a un Congreso Panamericano de Filosofía celebrado en Guadalajara, Jalisco. En El marxismo latinoamericano. Historia y problemas actuales(1985), Cueva refuta el prejuicio de tratar a los partidos comunistas como seguidores mecánicos de la Comintern a cambio de advertir las acciones prácticas, entre discusiones y expulsiones, con la poderosa influencia del socialismo en imágenes de los muralistas mexicanos con una clara línea dialéctica sobre lo popular, lo nacional y el tránsito al socialismo que desbordó los límites de la plástica para dar lugar a una cultura moderna de inspiración marxista, concretada en la obra de César Vallejo, Nicolás Guillén, novelistas como Jorge Amado o Carlos Luis Fallas, y hasta arquitectos como el gran Niemeyer. Sin duda lo mejor de nuestra cultura. Y obsérvese que no se trata de creadores que "por un lado" se confiesen marxistas y "por otro" hagan una obra que nada tenga que ver con dicha ideología. No: el peso del marxismo es tan grande que a veces ocurre más bien lo contrario: autores que militan en partidos no marxistas, pero cuya obra está impregnada de una visión materialista del mundo. Sirvan de ejemplo los novelistas Jorge Icaza del Ecuador, Ciro Alegría del Perú o el Premio Nobel Miguel Ángel Asturias de Guatemala. Lo nacional y popular a) recupera las raíces populares subyacentes en grupos étnicos oprimidos: indios, negros, mulatos, mestizos, etcétera, b)se reinterpreta nuestra historia y nuestras tradiciones, e) se crea, a partir de lo anterior un nuevo repertorio simbólico y hasta un nuevo lenguaje, y ello d) sin caer en el folclorismo y ubicando esas imágenes y representaciones en la perspectiva de la construcción de una cultura nacional hasta entonces inexistente o por lo menos atrofiada por el carácter estamental de la sociedad oligárquica y por la dominación imperial, e)destacando las múltiples tensiones y contradicciones, incluidas las de clase que surcan la vida de nuestras naciones. Al participar decisivamente en la conformación de esta visión del mundo, el marxismo adquiere carta de ciudadanía en América Latina a la vez que esta región se marxistiza.En adelante, será el continente más impregnado de marxismo: nadie podrá trazar la historia contemporánea de sus actividades vitales prescindiendo de ese ingrediente que hallaremos no sólo en la política, sino también en la literatura, las artes plásticas, la música neofolclórica o la canción protesta, las ciencias sociales o la misma teología.

Las salvedades del marxismo transformadoy de los nacionalismos de Estado y del movimiento cristero en México exigen matizar dialécticamente las tesis de Cueva. La misma exigencia histórica tendría que orientar la crítica a la mitología denunciada por Fernando Leal o por José Clemente Orozco en su autobiografía (1942, 1945). Si esto se hace, los radicalismos se atenúan como el de la descalificación de la pintura de caballete en el "Manifiesto del SOTPE” contradicho, por ejemplo, con la indudable calidad estética de los retratos, los paisajes, las alegorías y los usos fotográficos de Siqueiros. Su crítico, Luis Cardoza y Aragón en son burlesco lo califica como un gran escultor, pero al hablar de Elnacimiento del fascismopintado en Nueva York en 1936, modificado entre 1945 y 1955, hace afirmar al escritor guatemalteco que más que el nacimiento del fascismo es el nacimiento de la pintura. En fin, la historia de la praxis estética exige correcciones críticas.




[1] Ciudad de México, febrero de 2021.

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