Arte de agitación y propaganda: Siqueiros Experimental Workshop, 1935

Guillermina Guadarrama Peña


En Nueva York, a donde llegó en febrero de 1934, David Alfaro Siqueiros cumplió su anhelo de exponer en Delphic Studios. [1] La revista The Art Digestpublicó una entrevista con el pintor en la que se refirió a temas como la formación de colectivos artísticos, el uso de las cámaras fotográficas y de cine para la composición de un mural y expresó su deseo de pintar murales exteriores. En New Masses,órgano del Partido Comunista de Estados Unidos, publicó el polémico artículo "El camino contrarrevolucionario de Rivera", en marzo de ese año.[2]

Entre sus propósitos en esa ciudad estaba producir "un arte para el máximo servicio público, realizado con trabajo colectivo, equipo técnico, herramientas y materiales mecánicos modernos". Con ese objetivo escribió el manifiesto “Hacia la transformación de las artes plásticas”,documento con el que pretendió aglutinar a los artistas de todas las nacionalidades y en el que también planteó la fundación de escuelas-taller para trabajar grabado, litografía, carteles, dibujo, escenografía, pintura aplicada sobre telones, estandartes, banderas y formas plásticas policromas que apoyarían la transformación del arte. Esa propuesta fue asumida por los artistas mexicanos que conformaron la escuela-taller de artes plásticas de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR).

Siqueiros regresó a México el 19 de junio de 1934 y encontró un ambiente político más abierto al que había dejado. Lázaro Cárdenas, el nuevo presidente de la República, había expulsado al expresidente Plutarco Elías Calles y a los cuadros callistas. El maximato había terminado. El Partido Comunista Mexicano, ya legal, colaboraba políticamente con Cárdenas y trabajaba conjuntamente con el oficial Partido Nacional Revolucionario (PNR). El sindicalismo tenía la vía libre, y en consecuencia Siqueiros pronto se vio envuelto en diversas actividades políticas que lo alejaron temporalmente de su producción plástica, una de ellas fue la creación de la Liga Nacional contra el Fascismo y la Guerra, organismo que presidió. No obstante, se dio un espacio para discutir públicamente los conceptos que, sobre arte, había esbozado en su artículo del New Masses.El foro surgió cuando Diego Rivera y Siqueiros fueron invitados por Manuel R. Palacios, presidente de la comisión técnica consultiva de la Secretaría de Educación Pública para impartir conferencias sobre arte mexicano en la North American Conference of Education Fellowship, que sesionaba en el Palacio de Bellas Artes. El 27 de agosto de 1935 habló Rivera, al día siguiente le correspondió a Siqueiros. Diego estaba presente entre el público, lo que hizo detonar la histórica polémica. El “gran escándalo de Bellas Artes”, como llamaron los periódicos al asunto, continuó al día siguiente en el mismo lugar y se reanudó los días 6, 7 y 10 de septiembre en el Sindicato de Panaderos, ubicado en la Casa del Pueblo, organismo de tendencia trotskista, y terminó con la firma conjunta de nueve puntos, entre los cuales estaba "crear un arte nuevo revolucionario y útil para los obreros",[3] base común para las posteriores discusiones, pero no hubo más. [4] Ambos artistas coincidieron finalmente que en ese momento la lucha contra el ascenso del fascismo era prioritaria. La importancia de la polémica radicó en que puso en la palestra a las dos corrientes socialistas más importantes representadas por los pintores: el trotskismo por Rivera y el estalinismo por Siqueiros.

En febrero de 1936 Siqueiros volvió a Nueva York. Había sido designado delegado de la LEAR al American Artist's Congress, junto con Rufino Tamayo, José Clemente Orozco, Juan Bracho, Luis Arenal, Antonio Pujol y Roberto Berdecio.[5]El viaje permitió consolidar una nueva faceta en su producción. Se quedó en esa ciudad, donde dos meses después fundó el Siqueiros Experimental Workshop. A Laboratory of Modern Techniques in Art (SEW). Con él trabajaron tres mexicanos que habían asistido al congreso: Antonio Pujol, Luis Arenal y Juan Bracho, 7 así como el boliviano Roberto Berdecio y los estadounidenses George Cox, Sandi McCoy (quien había sido integrante del Block of Mural Painters), Louis Forstardt, Axel Horn, Harold Lehman, Clara Mohl y Jackson Pollock.[6]Los objetivos eran experimentar y trabajar colectivamente a la manera del Taller Escuela de la LEAR en México, en el que Siqueiros colaboró esporádicamente.

La importancia del SEW para el muralismo siqueriano radicó en la experimentación de materiales sintéticos, el drippingy el accidente controlado, así como la realización de obras conceptuales, destinadas a la agitación y propaganda, como el barco alegórico que el artista construyó para la marcha de la Liga contra el Fascismo y la Guerra llevada a cabo el 4 de julio en Coney Island; así como retratos monumentales de propaganda para los candidatos a la presidencia y vicepresidencia del Partido Comunista de Estados Unidos (PCUSA), Earl Browder y James Ford; carros alegóricos para las marchas de Workers Rally Co. Orive, Farmer Labor Party y Comunism in 20th Century Americanism, para la oficina central del PCUSA, y telones para las marchas contra el régimen nazi.[7]Las mantas, los carteles para mítines, los carros y barcos alegóricos asumieron las características de murales al exterior, expuestos al sol: dar un máximo servicio público y ser un arte para las mayorías; un claro producto de su manifiesto “Hacia la transformación de las artes plásticas”.

En el SEW, Siqueiros intensificó el uso de la cámara fotográfica, cinematográfica y el proyector eléctrico, y agregó nuevas herramientas, como la máquina cortadora de madera y lámina y casi todos los medios de reproducción mecánica, como el fotomontaje, para los fines del arte de propaganda. De este taller salieron cuadros como ¡No más, paren la guerra!, Suicidio colectivo y El fin del mundo,e imágenes como las grandes concentraciones masivas, figuras diminutas y rostros de diferentes razas que retomó en el mural para el Sindicato Mexicano de Electricistas de 1939.

El taller fue temporal, solo un paso necesario en la ruta de Siqueiros, que finiquitó cuando se presentaron otras inquietudes. Su contacto con el poeta español Rafael Alberti y María Teresa León y los desastres del fascismo en España lo motivaron para viajar a ese país con el objetivo de producir el material pictórico y gráfico propagandístico que la Guerra Civil requería. Esto causó malestar y enfrentamientos personales entre los miembros del SEW. [8] El muralista se despidió del grupoy después de dictar una conferencia en la inauguración de una exposición de arte mexicano en la ACA Gallery, partió silenciosamente hacia España en enero de 1937. [9]




[1] Raquel Tibol, “Siqueiros. Introductor de realidades”, Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas , vol. III, núm. 31, México, 1961, p. 164.

[2] Laurance Hurlburt dice que Siqueiros llegó antes de esa fecha, consecuentemente la entrevista fue posterior al arribo del artista. Pero todas las referencias encontradas aluden a que su llegada fue a principios de febrero. “El taller experimental Siqueiros: Nueva York. 1936”, Revista de Bellas Artes, núm. 25, México, enero-febrero de 1976.

[3] Helga Prignitz, El Taller de Gráfica Popular en México, 1937-1977 , México, Instituto Nacional de Bellas Artes, Cenidiap, 1992.

[4] Para mayor información véase Maricela González Cruz Manjarréz, La polémica Rivera-Siqueiros, México, Museo Dolores Olmedo Patiño,1986, p. 28 .

[5] En Raquel Tibol, op. cit., p. 70, se reproduce un documento en el que éste menciona que va a Nueva York, en noviembre de 1935, a dirigir un taller experimental. La mayoría de los autores consultados anotan como fecha de llegada febrero y dos meses después funda el taller. Años después, Tibol (pp. 51 y 52) rectifica y anota febrero como fecha de arribo.

[6] Shifra Goldman, Laurence Hurlburt e Irene Herner mencionan diferentes miembros del SEW. En el catálogo Siqueiros/Pollock, Pollock/Siqueiros se anota además a Reuben Kadish, Philip Gutson (Goldstein), José L. Gutiérrez y Conrad Vázquez.

[7] Helga Prignitz, op. cit., p. 238.

[8] Axel Horn relata en "Jackson Pollock: The Hollow and the bump" que cuando Siqueiros decidió ir a España, los miembros del Taller le hicieron una despedida. Un rato después, al calor del licor encontraron a Pollock y Siqueiros abajo de la mesa, el primero ahorcando al segundo. Al día siguiente Siqueiros partió a España. Irene Herner, catálogo Siqueiros-Pollock, Pollock-Siqueiros , "Carta a los integrantes del Experimental Workshop", en Raquel Tibol, Palabras de Siqueiros, México, Fondo de Cultura Económica, 1996, pp. 147 y 148.

[9] Desembarcó en El Havre el día 30 y llegó a Valencia, donde impartió conferencias sobre arte mexicano. El 11 de febrero salió rumbo a Madrid.

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