Durante el periodo que va desde los primeros años luego de la revuelta armada hasta la etapa que se conoce como el civilismo, es decir, entre 1921 y 1950, el Estado mexicano buscó apuntalar la entrada del país a la modernidad y fundar una identidad nacional desde el poder, como se observa en el proceso de construcción de estrategias para la enseñanza artística. La presente investigación se centra en conocer la importancia que tuvo la enseñanza de las artes plásticas en el sistema de educación básica y extraescolar; quiénes fueron sus protagonistas, qué metodologías se adoptaron para su aplicación, bajo qué políticas se inscribió y cuáles fueron sus objetivos y alcances. Se trató de un proceso inconcluso, caracterizado por interrupciones, carencia de recursos y cambios constantes en las directrices que guiaban los proyectos. A pesar de esfuerzos y logros diversos, muchas de estas iniciativas acabaron por revelarse como quimeras de políticos, educadores y artistas. Hoy, en el México del siglo XXI, siguen siendo una utopía.