Este libro contribuye al debate sobre el estado que guarda la formación artística en la educación primaria en México; es también una propuesta que hace suyo el reto de integrar esta forma de enseñanza en el desarrollo del currículo de los alumnos. Tras un exhaustivo análisis de la política educativa de la década de los noventa del siglo XX, de las características del nivel básico, de la revisión de lo que sobre la materia se ha escrito tanto en México como en Argentina, España y Estados Unidos, y de laborar con un grupo de formación multidisciplinaria, la autora presenta el resultado de varios años de trabajo: una estrategia metodológica para dar cuerpo y, a la vez, transformar la práctica de la educación artística en nuestro país.