La mayoría de los estudiosos coinciden al considerar que la presencia de las denominadas vanguardias se remonta al último cuarto del siglo XIX. Algunos sitúan su fin en la década de 1930, como Mario de Micheli, pero otros, como Gillo Dorfles o Suzi Gablik, las continúan hasta los años setenta del siglo XX. Respecto del descrédito o la culminación de las vanguardias se mantiene un acuerdo de que supusieron una radicalización y una disputa en relación con las concepciones de la modernidad, anunciadas potencialmente desde el romanticismo. Una revisión de la asociación vanguardia-fotografía, específicamente de la producida en Alemania en las primeras tres décadas del siglo XX, ayudará a entender este fenómeno y a reconocer que en la actualidad ese impulso transformador ha transmutado sus valores, a tal punto que se ha afirmado que aquello “que había sido echado por la puerta volvió a entrar triunfalmente por la ventana”.